Después de pasar un día entre Lorca y Muria, toca regresar a Granada. Atrás quedan un montón de imágenes, de personas que he conocido, de roces del alba y luces en la noche.
El regreso esta vez es por autopista, nada que ver a la ida, este paisaje me gusta mucho más independiente de que es más corto, las vistas hacen que el tiempo vuele. Valles, pequeñas montañas, Sierra Nevada, vegetación y cultivos se van sucediendo unos a otros. El reencuentro con Granada esta vez es diferente, ya me es familiar, me puedo permitir el lujo de perderme entre sus calles, entre miradas que se cruzan y te etiquetan de turista.
El calor sigue siendo agobiante, por las noches da una pequeña tregua, ahora pienso que los granadinos pierden peso al llegar el verano, pues sus calles son verdaderas saunas, llenas de olores y sudor.
Una pequeña afección de garganta me tiene un poco fastidiado, anoche no pude dormir bien y la molestia me irrita el ánimo.
Hoy toca callejear e intentare ver a un amigo, uff casi 20 años lo menos que no lo veo, todo un reto. Tocará pasar por farmacia a tomar alguna droga de esas maravillosas que te quitan todo, incluido los más bajos pensamientos jajajajja.
Gracias Carlos por el consejo de pasear de noche, Miriam también me lo ha dicho, si hoy estoy mejor me haré cargo de tal empresa, aunque de foto nocturna no tengo ni idea. En fin siempre se puede recurrir a alguien para tener un curso acelerado.
Espero que por el paralelo 48 estén todos bien, los chismes me siguen llegando igual, Don Carlos no trabaje tanto que no va a heredar el periódico y deje los premios para otros. Saludo sectarios. Y gracias doña Olga por sus visitas y comentarios.
Métase un chute de miel, limón y demás sustancias curativas
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