He vuelto a las calles de Granada, el día de ayer estuve todo el día en la cama, un resfriado o las cervezas frías que acaban con uno. La cuestión es que hoy me apetecía salir, a pesar de que mi cuerpo iba por un lado y mi mente por otro. Las calles estaban vacías por lo que pasear a esas horas era un verdadero privilegio, las campanas se ponían a tocar como locas, mientras que los árabes iban abriendo sus comercios, llenando las calles de colorido y olores.
El calor no ha dejado por un día de quemar mi espalda, pero debo aprovechar antes de que el sol esté más alto y me vaya fatigando.
Me pierdo por calles estrechas, me dejo llevar por el sentimiento de que por aquellos lugares, estuvieron transitando por 8 siglos toda una cultura árabe.
Llego a la plaza Nueva, hay gente ya deambulando de un lado para otro,las cafeterías se llenan de caras sonrientes, olores a colonias, unas baratas y otras de gusto refinado. Me doy cuenta que aquí alguien está llegando o se está yendo. A mi aún me quedan días pero siento que el tiempo va demasiado rápido.
Feliz día. desde el Alandalus informó
Cris
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