jueves, 23 de septiembre de 2010

Dejo Madrid, miro por la ventana del tren, la tarde cae sin que mis ojos se acostumbren a la perdida de luz. Otra vez el ave, pijos que se mueven , teléfonos que suenan , corbatas que se agitan con el aire acondicionado. Me siento feliz, un poco eufórico, si tenemos en cuenta que un albariño y un ribera del Duero pueden con cualquier corazón que se preste a la labor.
Anoche hubo Té, un pequeño paseo para llegar a un lugar desde donde ver Madrid, (EL Pardo) la noche estaba apacible,  la luz de la luna, era   lo suficiente grande para poder caminar por medio de cruces de caminos, pero que afortunadamente nuestro guía conocía.
Luna llena del mes de septiembre, justo, el momento en que entramos en Otoño,
El té , algo sencillo, una  simple mesa del conjunto del lugar, miradas atentas, suspiros,emociones, lagrimas contenidas, emociones que  populan por la luna, vuelvo otra vez al Té.
Llegó la tarde, había que ir a comer, así que había que hacer un festín, tenía ganas de celebrar, no se el que, pero habían, eso es lo importante.
Le dejo a Javier un saludo de parte de Carlos, si ese ser con gafas y con humor de perros del caribe pero con un tierno corazón.
Dwjo Madrid con cierta pena, con un paisaje que me agrada, aunque nada que ver con nuestros montes., es curioso porque es la primera vez que voy a Madrid sin tener que coger un avión.
Bueno mañana salgo para Jaén, las etapas se van terminando. sean felices. no les olvido , a ninguno, ninguna.





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