Respirar, vivir, sonreir

Después de dos días de estar malo como un perro, regreso a las calles de Granada, pisar la calle mirar el cielo azul, sentir de nuevo el calor abrazador en la piel  y sonreír, me han devuelto la alegría de sentirme vivo, de vivir en esta existencia maravillosa a pesar de los pesares.
Dicen que de todas las cosas siempre se aprende algo, yo he aprendido que eso de viajar a un lugar lejos de casa, porque los problemas nos aturden y somos incapaces de resolver, eso, es la peor estupidez, y digo que lo es, porque los problemas llegan al mismo sitio que tú en el mismo momento, y por alguna razón
la existencia parece que los sabe y nos está esperando para aumentar la carga, así que mi moraleja es que si de viaje has de ir, hazlo solo por sonreír y antes de salir deja todo solucionado.
Bueno después de este arrebato, vamos al grano Oh  mi amigo Felipe, como te gustaría estas calles de Granada, con sus calles llenas de luz, dije luz, ah eran mujeres siiiiiiiiii  seguro que la miopía se re quitaba de golpe, ademas tu siendo alto no te pasaría como a mi, que se me escapan esos descotes, ayyyyyyyy Granada,  ¿ y de las cervezas que podré decir? pues poca cosa con la gripe  casi ni probarlas.
Hoy me he vuelto a  perderme por las calles, tocaba compras, pequeños detalles que llevar, trocitos de recuerdos de un lugar que tiene su embrujo, sobre todo para los que como yo, estamos de paso, seguro que los lugareños estarán hasta el moño o más.

Esta tetería me gusto, tengo que volver a tomar el té

Bueno les dejo algunas fotos que hoy me han sorprendido por lo curiosas, les recuerdo a todos, un beso.

Sus calles estrechas y blancas es casi una seducción

No se equivoquen , no son árabes, son dos monjitas

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Y bueno si no quieres que alguien en Granada de reconozca pues que mejor que un disfraz