viernes, 24 de septiembre de 2010

Jaen

He llegado muy temprano a Jaén, sus campos de olivos me fueron acompañando a lo largo de la mitad del viaje, a pesar de mi tristeza, Jaén me gusta.
El albergue me parece un hotel de lujo, aún no he inspeccionado el Spa, pero me da la impresión de que vale la pena.
Jaén es una ciudad pequeña, me recuerda a Santa Cruz,  pues tiene unas calles que son en pendientes que da miedo, al preguntar al taxista por eso de las calles,  me dijo, "aquí el que está gordo es porque quiere" yo creo que tiene razón.
La ciudad me resulta cómoda, manejable, es pequeña, no me agobia como las grandes ciudades, aquí te puedes perder, y si no aparentas un turista ni te miran. Curiosamente observo que las mujeres en esta parte, no llevan mucho tacón.
Bueno les dejo que me llama la siesta, al fin al cabo estamos en la tierra del ronquido, un beso, ya sabes jajajajj








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