Llegamos a isla canela, yo con más hambre que el perro de un ciego, pero contento de ver el mar de nuevo, aunque sigo echando de menos nuestras montañas, esté paisaje de Huelva me gusta más.
Hoy visité la playa, el sol radiante y mi mirada como la de un niño, exploraba las cientos de conchas que por la arena de la playa te puedes encontrar.
Siendo está mi última parada decido alojarme en una habitación de hotel, y así dejar más comodidad a Pilar
Lo cierto que después de pasar por pensiones y albergues recaer aquí es todo un sueño, aunque aún no he decidido abrir la nevera bar.
Bueno les dejo con esta pequeña crónica y algunas fotos, que ya no son horas de estar levantado.
Ya va quedando menos, pronto nos veremos y nos cansaremos también, besos
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