Eleche

Sin tener nada que hacer, decido darme un salto a Elche, justo cuando salía por la puerta del hotel, me dice el recepcionista si no me importa cambiar en ese momento de habitación, le sonrío y digo que si, pero tiemblo pensando que el tiempo vuela, que me separa un kilómetro de la estación de tren y que lo mismo me quedo sin ir a Elche, subo a mi habitación, en un tiempo récord logro traspasar mis cosas a otra habitación, al llegar la tarde me daré cuenta de que el champú del pelo lo he dejado allí, en fin segundo bote que pierdo.

A paso legionario me dirijo a la estación, al llegar compruebo que me sobran 15 minutos, tiempo de comprar el billete, pero cuando llego a la ventanilla, casi me es imposible creer lo que veo, uno rellenando un largo papel, y en la otra ventanilla un tipo con una cantidad de calderilla para pagar que decido relajarme, ante lo inevitable que más puedes hacer, y más cuando has sobrevivido a un terremoto jajajaja, ¡que miedooooo,¡ por fin compro el billete, cruzo la vía y allí está el tren esperando.

Como si fuera una sauna andante, mi piel expulsa agua por todos los poros, el tren va lento, pero en una hora estamos en Elche parque. Me bajo del tren , la verdad es que apenas tengo tiempo , pues quiero coger el próximo tren de vuelta, el sol es de justicia, y de entrada veo un palmeral, un mapa me indica por donde me puedo mover, pero en mis ojos solo veo una botella de cerveza bien fría.

Lo poco que vi, es una ciudad grandita, con calles anchas, con un cierto toque a pueblo. En la oficina de Turismo te atienden de marabilla, lo cierto es que en todas las que he estado y ya son unas pocas, la gente es muy amable. Bueno les dejo unas  pocas fotos de Elche, lamente mi pequeña excursión por estos lares. Saludos ya queda poco.